Cuarta etapa: Hospital-sardiñeiro

Por Escuela de Pacientes - 3:00

Al poco de salir el grupo se fragmenta en varios subgrupos. El último, alcanza el Cruceiro do  Couto donde uno de nuestros compañeros deja el pin de la réplica rociera que llevaba en la cinta del sombrero. Una peregrina de origen polaco llamada Maia se nos une, sonríe constantemente, nos fotografiamos con ella en la escalinata. Seguimos un trecho acompañados por ella que nos obsequia con galletas.
Desde la altura, entre montañas, se aprecia el paisaje impresionante del curso del río Xallas a nuestros pies.
El camino sube y baja. En una de esas bajadas nos encontramos de frente con la iglesia de la virgen “Das Neves” cerrada a cal y canto. En el punto de máxima altura cercano a otro cruceiro se divisa el mar,  el mar que sorprende al peregrino en la dureza del ascenso, cada vez más azul y comienza a percibir el olor del mar, mezclado con la vegetación que hay a nuestro alrededor (pinares, eucaliptus…), la tierra mojada. Parece que entramos en otro mundo; una belleza y unos olores que los que estamos en este peregrinar y venimos de la ciudad nos coge de improviso y nos transporta a otra realidad a pesar del  día  inesperadamente caluroso y soleado, después de amplias  jornadas de llovizna intermitente. El camino al final nos lleva por donde él quiere y nos regala el azul del mar, que se hace bello con los colores de la tierra.
La cuesta empinada y pedregosa del descenso castiga las plantas de nuestros pies. Seguimos bajando hasta llegar a Cee. Breve descanso,  nuestras piernas doloridas agradecen el pavimento urbano. Sellamos en un mesón y continuamos hasta Sardiñeiro subiendo y bajando un monte, el mar por todas partes.

Un peregrino con corazón


  • Compartir:

Podría Interesarte

0 comentarios